Descubre tu estilo educativo y haz tu crianza más consciente.

La crianza de las hijas e hijos es uno de los aspectos que más preocupa a las familias y, al mismo tiempo, uno de los más complejos de abordar. Los modelos de crianza son los patrones que seguimos al educar, influenciados por nuestras experiencias pasadas, la relación familiar y nuestras creencias sobre cómo debería ser la educación de las niñas, niños y adolescentes.

Estos modelos no solo afectan el desarrollo y comportamiento de las infancias, sino que también configuran la dinámica familiar, la comunicación y las relaciones entre las personas que conforman la familia. ¿En qué modelo de crianza creciste? ¿Qué modelo de crianza practicas? ¿Cómo te gustaría criar?

“Todas las personas nos hemos socializado en modelos familiares que implican principios y formas de ejercer la autoridad, de implicarse en la educación y de mostrar afecto” (García y Musitu, 2005).

Tipos de estilos educativos en las familias

Autoritarios/as:
Se centran en las necesidades de las personas adultas. Muestran poco afecto, la comunicación es unidireccional, y el control parental se ejerce a través de castigos, humillaciones y rechazo. Las personas progenitoras suelen tomar todas las decisiones, con una obsesión por las normas (más por imponerlas que por fomentar aprendizajes). Falta de reconocimiento a las capacidades, independencia y participación de las infancias.

• ¿Qué podemos hacer si somos demasiado autoritarios/as? Reflexiona sobre las normas que impones. Pregúntate si son realmente necesarias y si tus hijas e hijos las comprenden.

Permisivos/as indulgentes:
Ofrecen experiencias de diálogo y razones educativas para guiar a las niñas y niños en la vida. Son personas adultas disponibles, pero con escasa autoridad, evitando la confrontación. Necesitan que las hijas e hijos les hagan sentir bien, buscando gratificación emocional. No aplican consecuencias a las normas, lo que puede generar dificultades en las infancias para tolerar la frustración y modular su comportamiento. Se comunican en exceso sin considerar la edad o jerarquía.

• ¿Qué podemos hacer para mejorar? Establece límites claros y coherentes. Es importante que las niñas y niños comprendan las consecuencias de sus acciones.

Permisivos/as negligentes:
No hay implicación en la vida de las infancias, ni se establecen normas o estructuras familiares. Hay poca afectividad y escasa comunicación en el día a día. Esto puede derivar en niñas y niños con carencias afectivas, adultos que no ejercen su autoridad y conductas infantiles desreguladas. No se estimula ni se reconocen sus capacidades. Permisividad total.

• Consejo práctico: Dedica tiempo a actividades conjuntas que fomenten la comunicación y el afecto. Esto ayudará a construir una conexión más sólida.

Democráticos/as:
Se centran en las necesidades de las infancias, considerándolas como sujetos con derechos. Las relaciones son afectivas y las emociones se gestionan con inteligencia emocional. La comunicación respeta la jerarquía y las personas adultas estimulan a las niñas y niños, animándoles a asumir retos y reforzándoles positivamente. Utilizan discursos inductivos que facilitan la integración de normas y reglas necesarias para la convivencia. Se fomenta el diálogo, ofreciendo afecto y seguridad.

• ¿Quieres convertirte en una familia más participativa? Practica el diálogo en las decisiones familiares. Pregunta la opinión de tus hijas e hijos y explica las razones detrás de las normas.

Reflexión final

¿Te identificas con alguno de estos estilos? ¿Quieres saber más y mejorar la dinámica familiar? ¿Reconoces el estilo educativo de tus progenitores en tu forma de educar y deseas cambiarlo? Desde el Espacio Terapéutico podemos acompañarte para hacerlo.

Referencias
García, F. y Musitu, G. (2005). ESPA20. Escala de Socialización Parental en la Adolescencia. Madrid: TEA Ediciones.